Papel Prensa fue uno de los hechos más aberrantes ocurridos en la última dictadura militar en nuestro país, pero uno de los menos conocidos debido a su poca resonancia mediática y casi nula mención por parte de los gobiernos de turno. Un “pacto” sellado en base al secuestro, la tortura y la vejación. Un acto que simboliza la llave que abre el debate con respecto a la responsabilidad civil en relación a los hechos delictivos que ocurrieron en aquel entonces, y que, por conveniencia u omisión, fueron callados, ocultados y hasta en algunos casos justificados por el cuarto poder. Los medios masivos de comunicación.
Papel prensa es ni más ni menos que el mayor productor de papel para diarios que se encuentra en nuestro país. De hecho, según un informe de la Sindicatura General de la Nación, el consumo nacional de pasta de papel alcanza a los 250 mil toneladas, y que el 58% (unas 146 mil toneladas) es cubierto por la producción de Papel Prensa.
La empresa fue adjudicada a los diarios Clarín, La Nación y La Razón el 2 de noviembre de 1976. Fecha en la cual se firma, amenaza de muerte mediante, el papel de compraventa en la redacción del diario La Nación.
Los antiguos dueños eran los herederos de David Graiver quien había muerto en agosto del mismo año en un confuso accidente de avión en México (Juan Graiver, Eva Gitnacht y María Sol, representada por su madre, Lidia Papaleo). Según consta en el informe de investigación presentado hace dos años por la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner; Isidoro Graiver, hermano de David, le había legado sus acciones a este en febrero de ese mismo año. Por otro lado, estaban Galería Da Vinci y Rafael Ianover, testaferro de Graiver. Para hacer un seguimiento de los hechos nos remitiremos al testimonio de Lidia en el informe ya mencionado: “El Sr. Martínez Segovia, que era presidente de Papel Prensa, me citó a un almuerzo para comunicarme que venía en representación del ministro de Economía, Alfredo Martínez de Hoz (que además era primo de Segovia). En ese encuentro me dijo que debía firmar la cesión de las acciones de la empresa. Dado los hechos que se vivían en el país, tomé conciencia que las amenazas de muerte, tanto para mi hija como para mí, eran auténticas. En ese terror fui citada para el día 2 de noviembre de 1976, por la noche, a una reunión en las oficinas de La Nación.
“En la reunión en La Nación se suscribe el boleto de compraventa sobre el cual jamás pude opinar. Sólo pagaron 7000 dólares de un total de un millón de dólares”.
A pesar de haberse firmado el traspaso, esto no les garantizó a ninguno de los herederos de David un buen pasar durante el período dictatorial. Por el contrario, impulsados por la ambición, los funcionarios de la junta procedieron a secuestrarlos, interrogarlos, y si era necesario, torturarlos para encontrar los depósitos que poseía en el exterior el antiguo dueño de la empresa.
Actualmente Clarín y La Nación, dueños de Papel Prensa, ejercen su posición dominante de manera despótica. De hecho consumen el 71% de lo producido por dicha entidad, y el 29% restante se reparte entre 168 medios a un precio 15% mayor al del mercado sin mencionar que la fábrica funciona al 60 % de su capacidad de producción. Esta política adoptadas por los firmantes del contrato sindicalización de 1977 en el cual acordaron: “actuar conjunta y coordinadamente asegurando la unidad de criterio en la conducción de la empresa”; hizo que fueran desfinanciándose los diarios del interior llegando al borde de la quiebra, los cuales fueron adquiridos posteriormente por los firmantes del convenio a precio vil. Como será de macabra la situación que hasta el tercer socio en cuestión, La Razón, quebró en el año 2000 y se convirtió en el diario vespertino del Grupo Clarín de distribución gratuita en los trenes de Buenos Aires. A partir de allí se sentaron las bases para el crecimiento del mayor multimedio de la argentina el cual interviene en distintas ramas de nuestra economía como son: la fabricación, distribución y comercialización de papel, diarios, revistas y libros; radios y sus repetidoras; proveedoras de servicios de cable e internet; canales de aire y de cable de alcance tanto local como nacional; televisación exclusiva de eventos deportivos varios; y por si fuera poco, una importante participación en la industria gráfica.
En la actualidad esta actividad se encuentra regulada bajo la ley que declara de interés público la producción de papel para diarios, instaura un precio único, crea una comisión federal asesora, dispone la creación del fondo fiduciario y asigna una autoridad de aplicación a cargo del Ministerio de Economía y Hacienda de la Nación.
Ojalá este sea el primer de muchos pasos para encontrar de una vez por todas, la paz que el pueblo argentino necesita para poder cerrar estas viejas heridas enarbolando las banderas de memoria, verdad y justicia. Esos mismos símbolos, que caracterizan al sistema democrático argentino desde 2003 a la fecha; y que dejan atrás los indultos y las leyes de obediencia de vida y punto final de otrora que solo quedaran en el consiente colectivo como una mancha más en nuestra historia.
Este es mi mundo. Mi cable a tierra. Mi forma de ser, de pensar, de vivir las cosas desde la perspectiva personal que he forjado a lo largo de mi corta vida.
lunes, 19 de marzo de 2012
La verdad incómoda
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