viernes, 19 de noviembre de 2010

''Nestor el Felipe II del siglo XXI''

Los que sabemos aunque sea un poco de la historia de España, recordaremos aquella operación infame de desinformación conocida como la leyenda negra. Esa que desprestigió y tergiversó las acciones y la posición que adoptó la corona española, ante las atrocidades llevadas a cabo por los conquistadores. Opereta política, que llegó a su apogeo durante el reinado de Felipe II hijo de Carlos I de España y V de Alemania, que lo único que logró fue socavar el poderío español, y todo por satisfacer intereses económicos, políticos y personales de aquellos enemigos confesos de la corona (mucho de ellos españoles), sin lograr un cambio rotundo en la conducta adoptada por los salvajes conquistadores sedientos de sangre y deseosos por enriquecerse. Ustedes se preguntaran, ¿que tiene que ver lo que sucedió hace más de cuatro siglos, con lo que sucede en la actualidad política argentina?. Si prestan atención, tiene mucho más en común de lo que parece. Supongamos que Pato Bulrich y Nelson Castro, son fiel retrato de Bartolomé de las Casas, uno de los difusores de la leyenda. Bartolomé de las Casas, fue dicho de forma sencilla, un cura que se opuso a los trabajos que eran sometidos lo aborígenes; siendo que él fue antes que cura, un encomendero real. Qué paradoja no? que el que se la daba de defensor de los aborígenes, lucró con la sangre y el sudor de sus defendidos. Más o menos lo que hace Bulrich, quien se cree una defensora de los fondos de los jubilados, siendo ella le hizo una reducción del 15% durante el gobierno de la Alianza. Nelson Castro, un periodista que de eso tiene muy poco, ni si quiera tuvo la imaginación suficiente a la hora de dejar su marca personal en cada artículo que escribía en relación a los Kirchner, por que se dedica a copiar la línea argumental del cura ''bartolito'', que no dudaba en utilizar repetidamente recursos tales como: habrían dicho, en un lugar cercano a, un funcionario me dijo que...
Después tenemos a Antonio Pérez, secretario del rey, comparable con Felipe Solá. Ese mismo que al principio defendía con capa y espada la causa, y luego al ver que lo que pretendía para sí estaba lejos de realizarse, termina pasándose a la vereda del frente para defenestrar a su antiguo líder. Esgrimiendo argumentos absurdos y sin fundamentos, en resumen mucha sarasa, pocas ideas.
Por último, lo que más se parece aquellos tiempos, es el discurso adoptado por los sectores detractores de Nestor Kirchner y Felipe II. Ya que tanto a uno como al otro, los trataron de autoritarios y verticalistas en su forma de gobernar. Quizás en ello tengan razón, pero si observamos con atención, tanto uno como el otro gobernaron en un contexto en el cuál lucharon contra grupos concentrados de poder ávidos por expandir sus intereses, sin importar el costo.